¿Sabes cuánto dura el arroz integral frente al arroz blanco? ¿Sabes cómo descongelar pan correctamente? ¿Sabes cómo hacer que los plátanos duren más en el frutero? ¿Se pueden congelar las patatas y los huevos?
En esta guía especial te contamos qué alimentos priorizar en la compra del super según su caducidad y valor nutricional. Y también te chivamos unos cuantos trucos para almacenar y conservar mejor tus alimentos durante la cuarentena. ¿Quieres saberlos?
A continuación te dejamos una tabla de contenidos para ir directamente a la parte de la guía que más te interese, aunque te recomendamos leerla entera, ya que encontrarás muchas ideas para hacer una compra inteligente y conservar los alimentos mejor. 😉
Índice de contenidos
Antes de empezar, queremos señalar que hemos querido enfocar esta guía a una alimentación saludable, basándonos en el objetivo de terminar la cuarentena con igual o mejor salud que antes. Así que no te extrañes si ves que algunos productos no perecederos como las bebidas alcohólicas, los refrescos o las galletas han sido excluidos de las recomendaciones de almacenaje y han pasado al cajón de "mejor no comprar" 😉
Alimentos que vale la pena almacenar en cuarentena
Nota: Para que se cumpla al menos la caducidad señalada en los envases, debes guardar los no perecederos en un lugar fresco, seco y sin luz, dentro de un envase hermético que los proteja de los agentes externos.
Arroz
El arroz es el cereal más consumido en el mundo (el 10% de todas las tierras fértiles se destinan a su cultivo), resulta relativamente barato, y con él puedes cocinar cientos de platos. El arroz blanco mantiene su valor nutricional y sabor durante años sin echarse a perder (siempre que esté correctamente almacenado y conservado), por lo que puedes comprar varios paquetes y olvidarte de ellos hasta que los necesites. El arroz integral dura sólo 6 meses debido a los aceites naturales que no se le han eliminado de su grano, pero aún así se considera un alimento no perecedero de larga duración. Si puedes elegirlo integral, mejor.
Legumbres
Garbanzos, lentejas, judías, quinoa. Todos ellos son "super alimentos" con los que tendrás hidratos y proteínas de sobra, y te durarán meses o años en los armarios. Nosotros somos "muy fans" de la quinoa, porque ofrece un aporte protéico elevado y mezclada con arroz o ensaladas está muy rica. Calcula un paquete por semana para tener en tu armario, y no te equivocarás.
Pasta
Con la pasta sucede lo mismo que con el arroz, te va a durar muchísimos meses y aporta hidratos de calidad (especialmente si es integral). Te recomendamos almacenar varios paquetes de spaghetti, macarrones, tornillos, fideos, nidos, etc. y así llenas la despensa y puedes ir haciendo platos variados durante todo el mes, ya que son fáciles de cocinar en 10-12 minutos. Si tienes poca paciencia, también hay pasta rápida que está lista en 3 minutos desde que hierve el agua.
Harina
Ingrediente indispensable en cualquier cocina, y si la guardas en lugar fresco, hermético y seco te puede durar años. Ideal para elaborar bizcochos o cocinar fritura. Con un paquete de 1kg te bastará, a no ser que hornees tu propio pan o bollería y necesites más.
Levadura
Con esto del confinamiento a la gente le está dando por hacer sus propias recetas de pasteles, y bizcochos caseros, por lo que a veces cuesta encontrarla en el super, pero vale la pena comprar un paquete, ya que ocupa poco y dura meses, y te puede servir para hornear algo.
Azúcar, miel y sal
Con 1kg de sal y 1kg de azúcar deberías tener de sobra. Pero recuerda, cuanto menos uses ambos, más saludables serán tus platos. Piensa que la sal ya está presente en muchos alimentos, y la mayoría de procesados que consumes a diario ya tienen una gran cantidad de sal y/o azúcar. Usa sólo una pizquita para dar el toque a tus platos o postres.
Sobre la miel, mucho se ha escrito a lo largo de décadas sobre sus propiedades casi mágicas, que entrarían dentro de un larguísimo y controvertido argumentario sobre homeopatía vs ciencia, pero por simplificar, la miel -que está muy rica y a nosotros nos encanta- es sólo azúcar. Se sintetiza como azúcar y una cucharada equivale a dar unas buenas cucharadas a la azucarera. Así que compra miel si la disfrutas, porque dura años y es muy fácil de conservar, pero sabiendo que no es esencial.
Aceite de oliva virgen extra
No puede faltar en ninguna casa, es ultrasaludable y sirve para todo. Con 1 litro puedes aguantar varias semanas, pero si sois muchos en casa, cocinas a menudo con aceite, frituras, o haces muchas ensaladas, compra mejor una garrafa de 5 litros y no tendrás que estar pendiente de volver al super. Eso sí, que sea siempre AOVE de verdad, es decir, aceite de oliva virgen extra, no virgen a secas (mezclado o rebajado), ni de girasol. Vale la pena invertir un poco más y disfrutar de grasas saludables de calidad.
Vinagre
El vinagre "no se hace malo", ya que tiene una concentración de ácido acético elevado, lo que impide que proliferen bacterias y otros microorganismos en su interior. Entre eso, y que por su sabor no es que la gente lo beba a morro 😉 , pues una botella te durará meses. Eso sí, ten en cuenta que algunos vinagres balsámicos van cargados de azúcar (por eso son tan dulzones). Vigila los etiquetados para no estar cargando tus ensaladas de calorías vacías.
Salsa de soja y picantes
Debido a su alta acidez y gran cantidad de sal, la salsa de soja dura varios años incluso fuera de la nevera, aunque no es especialmente saludable si se abusa de ella (mejor escoge la variedad baja en sal, aunque tampoco es ideal).
Lo mismo sucede con el wasabi y casi todos los picantes (salsa picante Mercadona, Tabasco, etc), te durarán años en la despensa, y además se recomienda su consumo moderado por algunas de sus propiedades.
Conservas
Las conservas en lata o en bote suelen ser "buenos alimentos procesados" que apenas han sufrido transformación, excepto para aumentar su caducidad y facilitar su almacenaje y posterior consumo. Por ello, acumular conservas (sin volverse locos) es una de las mejores ideas durante crisis sanitarias o sociales como las que estamos viviendo en España. Los más indicados son:
- Garbanzos de bote
- Alubias, Judías de bote
- Lentejas de bote
- Espárragos blancos de bote
- Tomates enteros en conserva
- Tomate triturado (bajo en azúcar)
- Atún de lata al natural o en aceite de oliva
- Sardinas en lata
- Marisco al natural (almejas, mejillones, berberechos)
- Pimientos de bote
- Maíz (sin azúcar), zanahorias, pepinillos, aceitunas...
- Piña en lata (en su jugo, no con aditivos)
Aunque cuidado, también hay algunas conservas que no son tan buenas. Por ejemplo, el melocotón es una fruta saludable, pero no cuando viene ahogada en almíbar (por su elevadísima cantidad de azúcar). Por ello es importante elegir conservas sin exceso de sal, azúcar o aditivos. También debes evitar conservas en salsa de tomate, ya que suelen incluir aceite de girasol, azúcar y otros aditivos. Pero lo más importante es leer siempre el etiquetado y no fiarte de la presentación ni de frases como "bajo en sal, rico en omega3" etc, ya que todas te están vendiendo algo que debería ser lo normal. ¡Todos los pescados azules llevan omega3 y deberían venir conservados sin exceso de sal. ¿Por qué promocionarlo entonces? Para cobrarte más, efectivamente 😉
Para ampliar esta información te recomendamos este artículo: Comer de lata y de bote: cómo hacerlo bien para que sea saludable
Cómo saber si una conserva está en buen estado
Si una conserva no ha sufrido golpes o cambios bruscos de temperatura no debería alterar su caducidad, pero es importante estar atento a las señales:
- Cuando abras un bote de cristal, al desenroscar la tapa debes escuchar el típico "pop", señal de que se ha conservado el vacío en su interior. Si no lo oyes, tírala.
- Cuando abras una lata, si ves que está hinchada puede haberse echado a perder por proliferación de bacterias. Desconfía también de aquellas latas que veas muy abolladas o muy oxidadas. Huélelas y pruébalas con cuidado.
Importante: Una vez abiertas, las latas y botes de conservas deben guardarse en la nevera y consumirse en un plazo de 24-48 horas.
Idea: Un bote de cristal siempre conservará mejor el sabor que una lata, ya que con el paso del tiempo las latas dan cierto sabor metálico al alimento (aunque esto no representa toxicidad alguna).
Frutos secos
Con los frutos secos nunca te puedes equivocar, si te limitas a frutos secos naturales o ligeramente tostados, sin añadidos de azúcar, caramelo, sal o aditivos, ya que tienen una caducidad lejana, y además sirven para vestir platos y confeccionar postres. Prioriza:
- Nueces
- Almendras
- Avellanas
- Anacardos
- Cacahuetes
- Pistachos
- Pipas sin sal
Picotear frutos secos es la alternativa saludable a picotear papas, pipas saladas o ganchitos, por su valor nutricional y porque tienen un efecto saciante que los snacks o fritos no tienen. Si almacenas bolsas variadas de frutos secos, no te equivocarás.
Vasitos de arroces y quinoas para microondas
En los últimos años se han puesto muy de moda los vasitos de arroz o quinoa para microondas en toda clase de variedades: basmati, redondo, integral, quinoa roja, quinoa integral, mezclas (tres delicias, arroz+quinoa, quinoa-cereales, etc). Y aunque la intuición sugiere que "no pueden ser tan sanos" como cocinar nuestro propio arrocito o quinoa, lo cierto es que tienen la aprobación de los nutricionistas y pueden ser una solución rápida para algún día complicado.
Nosotros compramos mucho los de Brillante, que nos gustan más que los de Mercadona y otras marcas blancas. Son muy fáciles de hacer y en cuestión de 1 minuto tienes tu arroz o quinoa humeante para mezclar.
El gran problema de este tipo de vasitos es que son caros y ocupan bastante en la despensa, por lo que no encajan tanto en el concepto de compra inteligente de cuarentena. También tienen detractores que dicen que los plásticos que usan no son saludables para calentarlos en el micro, pero si te preocupa eso siempre puedes volcarlos sobre un cuenco.
Carne de ave (pollo, pavo)
Nuestro top 1 de carne para conservar en congelación es el pollo y el pavo. Son carnes muy magras, con un elevado contenido en proteína de calidad, y tienen una duración relativamente larga. Si compras pechugas de pavo en cortadas finas te durará una semana en la nevera. El pollo dura menos y es peligroso apurar su fecha de caducidad, por lo que te recomendamos que lo congeles según llegues a casa.
Carne de ternera
La carne de ternera no es imprescindible en absoluto para una dieta equilibrada, pero si te apetece hacer un buen filete de vez en cuando, o necesitas carne para hamburguesa casera o carne picada para pasta, te vendrá bien tener medio kilo en el congelador. Aporta proteínas y grasas, pero como decíamos, conviene comerla con moderación. Ojo con las chuletas, tienen mucho sabor, pero también mucho hueso y poca carne 😉
Carne de cerdo, jamón y algunos embutidos
El cerdo también tiene algunas partes muy saludables como el lomo fileteado en bandeja, que puedes congelar para ir consumiendo a lo largo de la semanas. Y si te encanta el jamón serrano, aunque tiene un gran contenido en sal, te durará mucho y siempre viene bien para hacerse una tapita o un bocata. Puedes comprar una pata de jamón barata (50-80€) que te durará varios meses, o varias bolsas de jamón loncheado envasado al vacío, cecina o lomo embuchado.
Pescados y mariscos para congelar
Son muy saludables pero aguantan poco tiempo en la nevera, por lo que es mejor priorizar salazones y conservas de marisco. En lugar de comprar pescado fresco para congelar (merluza, dorada, atún, salmón, sepia...), que es complicado ahora mismo, cómpralo ya ultracongelado y te durará meses.
Lácteos y huevos
Si te gusta tomar leche para desayunar, para acompañar el café, o para tus recetas de repostería, es conveniente que calcules 1 brik por día, por lo que puedes comprar 3 cajas de 6 briks para unas 3 semanas. Prioriza leche UHT semidesnatada o desnatada y yogures desnatados, que aunque no son mejores nutricionalmente, sí te durarán más tiempo que los enteros. También puedes comprar algunas cuñas de quesos curados o quesos frescos desnatados que duran hasta 15 días.
El huevo es una de las mayores y mejores fuentes naturales de proteínas que puedes tener en casa. Compra dos o tres docenas (24-32), y tendrás suficiente para ir racionándolos casi un mes entero.
Chocolate
El chocolate negro o cacao puro:
- Es una gran fuente de energía y ocupa poco en la despensa (ideal si quieres almacenar alimentos "de subsistencia").
- Cuenta con alto contenido en antioxidantes, enzimas y vitaminas.
- Ayuda a disminuir la presión arterial y es un estimulante natural.
- Conserva sus propiedades durante años, siempre que esté en lugar fresco y seco (no hay que meterlo en la nevera).
Hay que comprarlo sin azúcares añadidos y en una pureza del 70% al 90%, nada de sucedáneos en polvo como Cola-Cao, Nesquik, ni mucho menos tabletas de chocolate con leche almendradas tipo Milka, con caramelo, etc, que son auténticas bombas nucleares de grasa y azúcar.
Pan
El pan del día en cualquiera de sus variantes (barra de pueblo, bocadillos, pulguitas, hogazas...) se pone duro en apenas 24 horas, por lo que si tienes sitio en el congelador, lo mejor es comprar mucho pan de golpe y congelarlo en cuanto llegues a casa. Salir cada día a por el pan es un riesgo innecesario en plena cuarentena, a no ser que lo estés usando como excusa para “pasearte”...
Pan de molde
Comprar pan de molde es mucho más sostenible que comprar pan de barra, ya que dura fresco hasta 15 días. Pero realmente puedes consumirlo hasta 20-25 días después de su compra si lo conservas en un armario, cerrando la bolsa lo más herméticamente posible y no dejando aire en el interior.
Idea: También puedes congelar pan molde. El truco es meter las rebanadas extendidas en la bolsa de congelación como si fueran baldosas, para que no se peguen. Así, cada vez que quieras descongelar 1 o 2 rebanadas no tendrás que luchar por separarlas.
Café e infusiones
Ya sea en grano, molido o en cápsulas, el café es un gran aliado y estimulante para empezar el día con energía para afrontar toda clase de rutinas, o para teletrabajar en casa. Las infusiones también te durarán mucho tiempo en la despensa y se les saca mucho partido porque sólo necesitas agua para prepararlas.
El café seco dura meses e incluso años, y es el más sostenible de todos, frente a las cápsulas de Nespresso, Dolce Gusto, etc, que cuestan mucho dinero por taza (entre 15 y 40 céntimos) y ocupan mucho espacio en la despensa.
Si te gusta mucho el café "de verdad", compra los granos enteros y muélelos antes de su consumo. La mejor manera de mantener frescos los granos es colocarlos en un recipiente hermético en el congelador (y no hace falta descongelarlos). Punto extra: Tómalo sin azúcar para saborearlo de verdad 😉
Cereales de desayuno
La mejor opción son los copos de avena suaves naturales, o en su defecto los copos de maíz sin azúcar añadido. Tienen una caducidad muy larga (siempre que los conserves herméticamente), y aportan gran cantidad de hidratos de calidad. Ideales para empezar el día con energía a base de "hidratos buenos".
Verduras y hortalizas
Algunas verduras tienen una duración superior a la semana y en algunos casos hasta varias semanas, por lo que son ideales para espaciar la compra. Si las dejas en lugar oscuro, fresco y con buena ventilación, donde no haya humedad que pueda estropearlas ni les dé la luz del sol directa, te durarán mucho tiempo, como puedes ver:
- Cebolla: meses
- Ajos crudos: meses
- Apio: Hasta 14 días
- Calabacín: Hasta 14 días
- Pimientos: Hasta 10-12 días
- Espinacas: Hasta 10 días (nevera)
- Tomate: Hasta 14 días
- Pepino: Hasta 14 días
- Zanahoria: Hasta 14 días
- Patatas: Varias semanas
Nota: Los pepinos se conservan más tiempo frescos si los envuelves con servilletas o toallas de papel húmedas y los metes en la nevera
Las verduras de hoja verde o con un gran contenido en agua suelen echarse a perder rápidamente, incluso dentro del cajón para verduras de la nevera, por lo que es mucho más sostenible que intentes evitarlas. Ejemplos:
- Lechuga: Hasta 4 días
- Champiñón: 4 días
- Brócoli: Hasta 5 días
Frutas que se conservan mucho tiempo fuera de la nevera
Tomar frutas enteras es ideal para llevar una dieta completa y saludable. No creas ni por un momento las chorradas de que la frutas engorda. Por su contenido en fibra y todos los nutrientes naturales que aportan, comiendo una pieza o dos de fruta al día tendrás mayor sensación de saciedad y aporte de nutrientes fundamentales. Eso sí, intenta priorizar las que mayor duración te ofrecen, por ejemplo, estas frutas pueden durarte un par de meses sin refrigerar:
- Naranja
- Mandarina
- Pomelo
- Lima
- Limón
Frutas que se conservan bien fuera de la nevera
Uva, cereza, pera, manzana, melón, sandía, piña, plátano, banana, caqui, kiwi, granada, higo, mango, melocotón, albaricoque
Frutas que se conservan mejor dentro de la nevera
Sobretodo si ya están partidas, y mejor con una servilleta alrededor para que absorba la humedad, o en el cajón de fruta y verdura, o en recipientes herméticos:
- Cereza
- Lima
- Limón
- Melón
- Sandía
- Piña
- Kiwi
- Granada
- Higo
- Mango
- Melocotón
- Albaricoque
Frutas que es mejor meter directamente en la nevera
- Moras
- Fresas
- Arándanos
- Frambuesas
- Aguacate
El resto de frutas que no hemos nombrado arriba es mejor dejarlas fuera de la nevera, o meterlas sólo cuando quieras detener su proceso de maduración
Trucos para conservar mejor los plátanos
Para evitar que los plátanos maduren antes de tiempo es conveniente no separarlos del tallo y envolver el tallo con un plástico o papel de aluminio, ya que por esa parte es por donde maduran al contacto con el aire. También es importante mantenerlos alejados de las demás frutas y no dejarlos dentro de la bolsa de pesaje. De esa forma te durarán hasta 5 días más.
Consejos para conservar mejor los alimentos
- Evita cortar o pelar los alimentos que vayas a guardar en la nevera. En el momento en que lo hagas empezarán a degradarse más rápidamente.
- No metas la fruta y verdura en la nevera dentro de la bolsa en la que venía, pues eso acelerará su proceso de oxidación.
- Lava y seca las frutas y verduras antes de almacenarlas, sobretodo si van a ir a la nevera.
- Si dejas frutas o verduras fuera de la nevera, colócalas en un lugar donde no les de el sol, no haga excesivo calor y haya cierta ventilación (nunca dentro de un armario)
- Algunas personas tienen la costumbre de meter siempre un tipo de fruta en la nevera porque prefieren la textura, dureza o sabor que les confiere, sea o no mejor para este tipo de fruta. Si es tu caso, adelante.
- Si compras la fruta muy verde, no la metas directamente en la nevera, espera a que consiga algo de maduración a temperatura ambiente
- Si quieres que una fruta madura aguante unos días más antes de hacerse mala, métela en la nevera igualmente, esté o no recomendado para ese tipo de fruta
Ampliar información: Cómo almacenar frutas y verduras para mantenerlos frescos más tiempo
Elige siempre integral
¿Qué significa integral?
Un alimento integral es (como la propia palabra sugiere), un alimento completo que no ha sido desprovisto de ninguna de las partes que lo componen.
En la industria de los alimentos, "integral" se refiere a aquel alimento de origen vegetal que no ha sido procesado, refinado o que lo ha sido con una afectación mínima, previo a su consumo. Algo "íntegro" es algo "entero", "intacto", que no carece de ninguna de sus partes. Wikipedia
Podríamos decir, que un tomate es un alimento “integral”, pero nadie dice "un tomate integral" para referirse a él, queda implícito que lo consumimos completo, aunque luego haya muchos productos que lo incluyan desvirtuado (ketchup, por ejemplo). Sin embargo cuando nos referimos a otros grupos de alimentos como los cereales o las legumbres, seguimos asociando erróneamente el producto “blanco” incompleto al “normal”, “bueno”, y el producto completo "marrón" integral al producto “especial”, “raro”, “de dieta” o “para ir al baño”, cuando es justamente al revés.
- ¡Paqui, los macarrones integrales me han sentado mal!
- ¡No haber repetido 3 veces, Manolo!
¿Qué ganas al elegir integral?
Al comer un alimento integral consumes todos sus nutrientes y fibras, lo que conlleva una digestión normal. Los alimentos no integrales sin embargo, han sido despojados de alguna de sus partes, por lo que suelen ser artificialmente más fáciles de digerir (el proceso de digestión en sí mismo es un proceso de separación) y también suelen ser más palatables y visualmente neutros. Pero cuidado, porque esa reducción hace que sacien menos, por lo que tendemos a comer mayor cantidad. Además se absorben muy rápido en el torrente sanguíneo, por lo que elevan rápidamente nuestro nivel de azúcar en sangre (alto índice glucémico), y si no gastamos ese exceso energético en una ventana de tiempo cercana a su consumo, se almacena como grasa. ¡Justo lo contrario de lo que queremos en un estado de confinamiento!
Integral es lo normal, no al revés
Por eso, cuando estés frente a un cereal, pasta o legumbre integral, no pienses que estás renunciando al producto bueno y estás cogiendo el raro. Si tienes que comprar pan de molde o pan de barra, escoge el que sea integral al 100%, o al menos en su mayor porcentaje (hay algunos panes integrales que sólo tienen de integral el nombre).
Una forma fácil de disuadirte del consumo de productos no integrales es pensar en ellos como “casi su peso en azúcar”. ¿Le pondrías a tus hijos 100 o 200 gramos de azúcar para desayunar? Pues eso es lo que toman cuando comen un bol de Chocomonkeys 😉
Cómo congelar adecuadamente
- No introduzcas alimentos templados o calientes en el congelador, como platos recién cocinados, pan o pasteles recién horneados. Espera a que se enfríen por dentro y por fuera.
- No vuelvas a congelar alimentos ya descongelados (total o parcialmente). Es lo que que se conoce como “romper la cadena de frío”. La cadena de frío es fundamental para que los alimentos congelados mantengan todas sus propiedades originales y no haya riesgo de intoxicaciones alimentarias. Una de las pistas de que se ha roto la cadena de frío es la formación de escarcha o cristales de hielo en el envase o el alimento, ya que si hay cambios de temperatura evidentes, el producto congelado pierde agua que se convierte en escarcha al volver a congelarse. Artículo interesante: Consecuencias de romper la cadena del frío.
- Asegúrate de que la temperatura de congelación ronda los -18º C (***). Revisa el manual técnico de tu nevera para ver cuáles son los cajones adecuados para cada tipo de alimento según las áreas de frío. Truco: Si no lo sabes y has perdido las instrucciones, puedes ver el modelo exacto de tu nevera en la parte de atrás, en la etiqueta de especificaciones. Una vez tengas el modelo, busca en google: “nombre modelo + manual” y seguramente te saldrán varios resultados con las instrucciones del fabricante en .PDF 😉
- Usa bolsas de congelación o recipientes herméticos para almacenar los alimentos en el congelador. De esa forma evitarás que se sequen o se quemen por el contacto con el aire frío, y también evitarás la mezcla de olores y sabores con otros alimentos del congelador.
- Almacena de forma separada y fileteada. Si es carne, es buena idea es ponerla en lonchas separadas entre sí y extendidas en horizontal, para que no se peguen entre ellas al congelarlas y puedas sacar sólo las que vayas a necesitar cada vez. Además, se descongelan mejor y en menos tiempo si ya están separadas.
- Etiqueta las bolsas de congelación indicando nombre, cantidad o peso y fecha de congelación. Por ejemplo: “Chuletas de cerdo, 8 ud., 15-03-2020”. De esa forma podrás ver enseguida qué alimentos consumir antes y cuáles puedes dejar más tiempo en el congelador. Usa un rotulador negro permanente indeleble o uno especial para bolsas de congelación.
- Planifica las descongelaciones, por ejemplo dejando la carne en la nevera por la noche. Si puedes hazlo de forma progresiva pasando el alimento del congelador a la nevera y de ahí a temperatura ambiente. Si no tienes tiempo o se te ha olvidado, puedes acelerar la descongelación metiendo la carne congelada debajo de un chorro de agua fría, pero vigilando que no se llene de agua y secándola bien luego. Al descongelar no dejes que se encharque el recipiente, vacíalo.
- No uses el microondas para descongelar carnes o pescados, ya que indefectiblemente estarás cocinándolos, haciendo que se cuezan de manera irregular en un charco de agua y jugos, y dejando un sabor muy raro y difícil de arreglar en la sartén, además de perder parte de sus propiedades.
- No mantengas alimentos congelados más de 8-10 meses, especialmente lácteos y pescados-marisco que se echan a perder mucho antes. Aunque algunas carnes todavía podrán cocinarse pasados los 8 meses, es mejor ir ciclando los congelados con el método de los etiquetados que te indicábamos anteriormente, para evitar tirar alimentos o comerlos ya degradados en sus propiedades.
- Prioriza la congelación de alimentos importantes, como carnes, pescados, platos precocinados. A no ser que tengas un arcón de congelación gigante, en tiempos de crisis como esta lo normal es que prescindas de helados, cubitos de hielo y frutas grandes (que ya se conservan bien a temperatura ambiente o en nevera y no hace falta congelar).
- No llenes el congelador a reventar. Deja un margen para meter y sacar los alimentos o acabarás abandonando u olvidando algunos. ¿Quién no se ha encontrado un trozo de carne de la era de Ramses III en el fondo de su congelador? Haciendo eso pierdes espacio y dinero.
- No dejes alimentos muy pegados, ni metas envases cerrados con líquidos dentro, ya que acabarán reventando. Recuerda que el agua aumenta de volumen al convertirse en hielo. Esto también debes tenerlo en cuenta en alimentos que segregan jugos, como mariscos, carnes o vísceras frescas. Si están muy pegados acabarán forzando el cajón.
Qué alimentos debes congelar
Carne
Métela en el congelador lo antes posible según llegues de la compra, envasada como describimos anteriormente (limpia, fileteada y en bolsa de congelación)
Pescado
Límpialo y mételo en el congelador lo antes posible según llegues de la compra, envasado como describimos anteriormente (limpio, fileteado y en bolsa de congelación)
Platos cocinados (legumbres, pasta, arroz...)
Una de nuestros consejos para sobrellevar la cuarentena es cocinar para toda la semana y congelar una parte. Para ello es importante que una vez se enfríe lo que has cocinado lo metas directamente en el congelador, ya que si lo dejas mucho tiempo fuera quedará expuesto a bacterias y ya no podrás congelarlo. Si ha estado unas horas antes en la nevera tampoco deberás congelarlo.
Idea: Divide en porciones para su fácil descongelación: Si cocinas grandes cantidades de arroz, pasta, etc, repártela en varios recipientes o bolsas de congelación, ya que al descongelar un recipiente no podrás volver a congelarlo. El arroz blanco lo puedes dividir en porciones o bolas individuales envueltas con film, y a su vez dentro de bolsas de congelación.
Truco: Cuando guardes comida en una bolsa de congelación, deja un pequeño hueco antes de cerrarla del todo, saca todo el aire presionando con las manos, y termina de cerrarla. Recuerda que el contacto con el aire es lo que permite proliferar a las bacterias y por tanto lo que estropea la comida.
Verduras en bolsa, precocinados en bolsa
Obviamente todos los ultracongelados y precocinados están destinados al cajón de congelación, tales como salteados de verduras, croquetas, salteados de arroz variados, patatas fritas, pizzas (aunque estos dos últimos mejor evítalos), y son idóneos para conservar durante varios meses en el congelador e ir usándolos como complemento de otras comidas.
Pan y pan de molde
Como ya hemos dicho anteriormente, el pan y pan de molde es un candidato idóneo para su congelación. No altera sus propiedades, y si lo descongelas adecuadamente y con cuidado, te queda casi como recién hecho.
Cómo descongelar pan para que quede como recién hecho
- Método 1 (Popular): Coloca el pan en el centro del microondas envuelto en una servilleta de celulosa, mete un vasito de agua dentro para mantener la humedad y que no se seque el pan. Enciende el micro a potencia media 12-15 segundos, verifica el estado del pan y repite la operación si es necesario.
- Método 2 (Ofertitas): Coloca el pan en el centro del microondas y dale a "descongelar" unos segundos (apenas 7-8). Dale la vuelta y repite el proceso otra vez. Comprueba si ya está en su punto (dependerá sobretodo del tamaño y tipo del pan). Si no tienes función descongelar, pon el micro al 20% de potencia.
- Truco: Tras descongelarlo, puedes ponerlo sobre la tostadora para darle un ligero tueste. Hay quien recomienda meterlo en el horno de convección, pero a nosotros nos parece un gasto energético exagerado para algo así.
Qué alimentos no debes congelar aunque puedas
Fruta
La mayoría de frutas se pueden congelar, pero muchas variarán su textura y densidad por este proceso. Las más fáciles de congelar y que menos alteran su textura son el plátano, la piña o los frutos rojos, pero como decíamos antes, es mejor que reserves ese espacio para alimentos de muy corta duración.
Patatas y huevos
No se recomienda congelar patatas ni huevos crudos, ni deberías tener motivos para hacerlo. Los huevos crudos duran hasta un mes en la nevera, y una vez cocidos es mejor que los consumas cuanto antes para evitar intoxicaciones. Las patatas tienen una duración muy larga en despensa (algo más de 1 mes), por lo que no tiene sentido congelarlas tampoco, excepto que vayan de guarnición de otro plato precocinado. Eso sí, tienes que saber cómo almacenarlas correctamente, para ello, nos ha gustado mucho este artículo: ¿Sabes cómo guardar las patatas?
Leche y queso
Aunque ambos se pueden congelar, sí que modifican sus texturas notablemente. Existiendo la leche UHT (tratada a ultra alta temperatura y envasada en brik) con caducidades superiores a 2 meses, es una tontería almacenar leche congelada, excepto que sea leche materna para alimentar a bebés, en cuyo caso sí se recomienda la congelación. El queso de cuña dura mucho tiempo fuera y dentro de la nevera, y los quesos frescos (si no han sido abiertos), pueden durar entre 12 y 15 días perfectamente. No hay motivo para su congelación.
Verduras frescas
Las verduras frescas se pueden congelar, pero no es una práctica habitual ni recomendable por su alto contenido en agua. Y tampoco vemos un motivo claro para hacerlo, porque excepto las de hoja verde, la mayoría tienen una duración superior a 10 días en la nevera. Congelar verduras precocinadas sin embargo sí es una práctica habitual y recomendable.
Alimentos a evitar en cuarentena (y sin cuarentena)
Comida rápida
A todos nos gusta darnos un antojo o capricho de vez en cuando, pero si puedes evitarlo, ahora más que nunca es importante no hincharse a comer:
- Hamburguesas industriales o delivery: Puedes comprar carne picada o hamburguesas de calidad para hacer tus propias burguers "saludables" (vigila que no vayan cargadas de sal y aditivos). También hay burgers vegetales o de otras carnes (pavo, pollo).
- Pizzas ultracongeladas o delivery: Puedes comprar la masa congelada y hacer tu propia pizza con ingredientes mucho más saludables en casa.
- Bolsas de patatas fritas, gusanitos, etc: Puedes sustituirlos por frutos secos, como decíamos anteriormente.
- Patatas fritas congeladas o delivery: Fríe tus propias patatas en casa o hazlas más tipo asadas.
- Perritos calientes: Ni en casa ni delivery (ver "salchichas" más abajo).
Cajas de cereales azucarados
Ya sabes, los que tienen formas, sabores, colores y personajillos variados. Sabemos que es muy difícil dejar de asociar ese tipo de cajas con un mono simpaticón a “desayuno infantil completo”, pero eso es sólo una imagen forjada por la industria alimentaria a lo largo de décadas. Unos cereales de chocolate son un desayuno (o merienda) muy poco recomendables, especialmente para los niños.
Las galletas del tipo que sean
Las galletas saludables no existen, ni siquiera las de “sin azúcares añadidos”, “diet”, o “digestive” (simples engaños comerciales). Las galletas son una pasta de subproductos que se convierten en azúcar al digerirse, y punto. Por tanto es un alimento muy energético (calórico), que si no se compensa (haciendo ejercicio muy intenso inmediatamente) se almacena en forma de grasa. Su uso y abuso empeora tu salud.
Postres y dulces
Suena duro decirlo, pero el único “dulce bueno” es ninguno (excepto el chocolate que ya hemos recomendado antes). Por comerte un helado un día especial no pasa nada, pero tomar repostería, batidos, helados o bollería industrial a diario es la peor forma de estropear una buena dieta. Aportan un exceso de calorías en un período de escasa actividad física, y llevan grasas, azúcares y aditivos que pueden resultar negativos para la salud.
Nocilla o Nutella
Aunque forman parte de la cultura alimentaria popular, ni la nocilla ni la nutella han hecho nunca nada bueno por ti 😉 Sí, saben increíble (para eso están diseñadas), pero incluyen pocos ingredientes saludables. No existe la Nocilla Light, ni es "la merienda ideal", y si la tomas a diario en confinamiento te vas a poner como Garfield 🙂
Alternativa saludable: Mantequilla de cacahuete natural (sin azúcares añadidos ni aditivos). Pero ojo con su consumo excesivo, porque también es una bomba calórica.
Bebidas alcohólicas
Cervezas y otras bebidas de baja graduación duran meses en sus envases, por lo que si compras un pack no hará falta que lo metas entero en la nevera. No obstante, intenta no hacer excesivo acopio de este tipo de bebidas, para no caer en la tentación de consumirlas por aburrimiento o ansiedad. Idem con el vino o licores de mayor graduación. Además engordan bastante.
Alternativa saludable: Cerveza 0,0 o cerveza sin. Ojo con las que llevan limón y aditivos especiales, que a veces van cargadas de azúcares.
Refrescos azucarados, carbonatados y zumos
Por tomar una Coca-Cola Light muy de vez en cuando no te vas a morir. Pero la realidad es que nunca compramos un refresco, sino un pack de 24 para toda la familia. Y ahí viene el problema, porque consumir refrescos carbonatados a diario no es saludable (sean azucarados o light), ni hace falta tener la despensa llena de ellos. Del mismo modo, los zumos, por naturales que sean y "sin azúcares añadidos", son solo "un chute de azúcar". Mejor la fruta entera sin exprimir con toda su pulpa y fibra 😉
Patés y embutidos ultraprocesados
El paté es como un foie-gras de menor calidad, una mezcla de hígado (no necesariamente de oca) con carne de otros animales (sobre todo cerdo), harinas, leche, especias, etc. Tiene un elevado contenido en grasas y sodio (sal). Por tanto no es recomendable en ninguna dieta.
La mortadela, el salchichón, los chorizos y otros subproductos cárnicos, son ultraprocesados que no vale la pena consumir a diario. Por si fuera poco, muchas marcas los hinchan de azúcares, sal, aditivos y conservantes.
El jamón de york ni es jamón ni es de "York", es otro producto ultraprocesado más, aunque ciertamente resulta más saludable y tolerable que los anteriores. Eso sí, hay algunos pavos en lonchas finas que pasan el corte de alimento saludable, pero tendrás que leer muy bien la letra pequeña de la etiqueta.
Nuggets y salchichas
Los nuggets de pollo y las salchicas son alimentos ultraprocesadísimos que contienen de todo menos pollo y carne de calidad. Lee las etiquetas pasa asustarte. En serio, no vale la pena ni entrar a revisar uno a uno los ingredientes. Si comes un "hot dog" al año, pues que sea uno y no más. No compres en el supermercado ni des a tus hijos estas cosas.
Yogures azucarados o de sabores
Tampoco te va a pasar nada por tomar unos cuantos yogures de colorines, pero en la medida de lo posible, no llenes tu nevera con ellos, ya que -especialmente en niños- acostumbran a sabores intensos y fáciles. No quitan demasiado el hambre e instan a buscar de nuevo los mismos sabores en otros productos poco saludables, generalmente dulces.
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